domingo, 13 de agosto de 2017

Emilio Molina triunfador en Almonaster



EMILIO MOLINA SALE A HOMBROS EN LA NOVILLADA MIXTA DE ALMONASTER LA REAL

Ante un buen encierro de El Chaparral, Emilio Silvera realizó dos buenas faenas malogradas con los aceros. Andrés Romero, sin suerte.
Plaza de Toros de Almonaster la  Real, con media entrada larga en los tendidos, en tarde calurosa, se lidiaron novillos de El Chaparral, correctos de presentación en la primera parte, bien presentados en la segunda, nobles, de buen juego en líneas generales, colaboradores con los toreros, uno de ellos para rejones, para los diestros, 


Andrés Romero, tres pinchazos, estocada contraria y atravesada, pinchazo y estocada baja, ovación
Emilio Silvera, de añil y oro, tres pinchazos y estocada, ovación, estocada y tres descabellos, oreja
Emilio Molina, de verde botella y azabache, estocada, dos orejas, cuatro pinchazos y estocada casi entera, ovación. 

El sevillano Emilio Molina se convirtió en triunfador de la tarde de la Feria de Almonaster la Real merced a una faena de buen gusto y temple al templado novillo de la ganadería onubense de El Chaparral, que hacía segundo de la tarde. El toro, con nobleza infinita seguía los engaños con fijeza, y el diestro consiguió pasajes de buen toreo, sobre todo por el pitón derecho, donde hubo más ligazón. Al natural, el novillo se paró algo más. La estocada certera ratificó el triunfo y paseó las dos orejas. El quinto de la tarde, el más descarado de la corrida, fue más exigente, y se vieron más las carencias del novillero, que hoy hacía su debut con los del castoreño. El novillo, encastado, embestía con codicia y repetición, faltando acople en el trasteo del sevillano, que no acertó ni con las distancias ni con la colocación. Además no estuvo certero con los aceros. 

El onubense Emilio Silvera se topó con dos novillos muy diferentes, en cuanto a su comportamiento, no a su nobleza. El que abrió plaza llegó a la muleta sin fuerzas, y la faena fue de temple, despaciosidad y suavidad en el toreo, que hicieron que el toro se mantuviera en pie. Ni un solo tirón, pulseando la embestida despaciosa, con muletazos  con empaque. La espada privó al diestro de obtener algún trofeo.  Y en el cuarto fue el descabello el que negó la posibilidad de la puerta grande a Silvera. Un novillo voluminoso y bien hecho, al que se le pegó fuerte en varas. En el último tercio el novillero fue ganando en confianza con el utrero, existiendo ajuste en la fase final de una faena que comenzó demasiado despegada. Hubo naturales de gran belleza, sobretodo en la última tanda de la faena de frente a pies juntos. Como ya hemos comentado, los continuos fallos con el verduguillo privaron al novillero que paseara las dos orejas y que saliera a hombros. 

El tercero de la tarde correspondió en suerte al rejoneador escaceño Andrés Romero. Fue el novillo con menos cuajo de la tarde, y se mostró reservón y esperando a que el caballero llegara a sus terrenos para embestir con fuerza. No pudo resultar brillante la faena del rejoneador, que además se demoró con los aceros de forma desagradable. Escuchó una ovación cariñosa por parte del respetable.  
Crónica y Foto.- Carlos Arroyo

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